Ofrecemos unas pautas sencillas para fortalecer la musculatura respiratoria. Con ello, seremos capaces de manejar mejor mecanismos naturales de defensa como la tos, que ayuda a expulsión de restos de infección e inflamación en nuestros pulmones y vías respiratorias.
Estas medidas no constituyen ninguna garantía de no infectarse, ni son una terapia curativa.
Pero realizados de forma regular en ausencia de enfermedad, sí pueden:
a) contribuir a un mejor funcionamiento del mecanismo natural de ventilación
b) facilitar el manejo de secreciones en personas con infección respiratoria o patologías crónicas (asma, EPOC, fibrosis quística, trastornos neuromusculares)
c) ayudar en la fase de convalecencia tras una infección (por ejemplo, una neumonía) o una operación (por ejemplo, una cirugía cardiaca). Reduce el riesgo de secuelas en el pulmón ("hepatización" del pulmón, que es como si todo el pulmón se volviera como una gran cicatriz)
Precaución: en caso de niños o personas con déficit cognitivo, hacer una adecuada supervisión para evitar riesgos como el atragantamiento del globo