Los niños con infección por COVID-19 pueden ser asintomáticos o tener fiebre, tos seca y fatiga, con algunos síntomas de las vías respiratorias superiores, como congestión nasal y secreción nasal; algunos pacientes tienen síntomas gastrointestinales, como molestias abdominales, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. La mayoría de los niños infectados tienen manifestaciones clínicas leves, y el pronóstico es bueno. La mayoría de los pacientes pediátricos se han recuperado en una o dos semanas después de la aparición de la enfermedad.
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